Hay momentos... En esos momentos es cuando la propia soledad, ese momento de intimidad con uno mismo, nos incita a fabular cómo sería ese futuro irreal al que nos gustaría acercarnos. Quizá la sombra de esta muchacha, mucho más relajada y voluptuosa que ella misma, sea el reflejo de esos pensamientos íntimos que, evadidos por un momento de la realidad, se proyectan en el lienzo de un muro de hormigón.